Recordar el futuro — Diseño que proyecta memorias en un tiempo no lineal
- marisolhdiaz

- 18 ago
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Cada trazo y cada forma contienen sombras del futuro.
Desde niña tuve una certeza extraña: a veces me decía “no tengo este recuerdo”. Y en ese instante lo sabía con total convicción: aquello simplemente no sucedería. No era un presentimiento ni una ilusión, sino la certeza de que el futuro no contenía esa realidad.
Hoy pienso que quizá no era imaginación. Tal vez lo que llamamos “recuerdo” no siempre viene del pasado, sino de un acceso fugaz a otra coordenada temporal.
La física ya nos da pistas: la mecánica cuántica muestra que las partículas existen en estados superpuestos hasta que son observadas; en otras palabras, todos los futuros posibles coexisten en el presente. La relatividad, por su parte, nos recuerda que el tiempo no es lineal: la gravedad puede curvarlo, acercando pasado y futuro como dos superficies que se tocan.
La hipótesis que propongo es que la memoria no está ligada solo a lo que ya ocurrió, sino también a huellas que la mente capta de esos estados futuros, como si fueran ecos anticipados en el tejido del tiempo. Quizá aún no exista ciencia ni datos que lo expliquen del todo, pero la física moderna nos ofrece un marco para pensarlo.

El diseño, entonces, puede ser el laboratorio de esta teoría. Cada espacio no solo conserva recuerdos del pasado, también anuncia memorias del futuro. Un muro no es un límite: es una superficie donde lo que aún no sucede ya proyecta su sombra. Una lámpara no solo ilumina lo que es: contiene la vibración de lo que vendrá.
Así, el acto de diseñar es también formular hipótesis sobre el tiempo. Creamos portales donde la linealidad se rompe, donde habitamos círculos infinitos. Quizá eso sea lo que siempre intuí de niña: que recordar el futuro no es un error ni una ilusión, sino otra manera de existir en este universo cuántico.
Así, el pasado se revela como futuro, el presente se estira hacia lo que vendrá, y el diseño se convierte en un acto de profecía materializada. No se trata de decorar un lugar, sino de construir un portal donde el tiempo deja de ser lineal y se convierte en un círculo vivo, infinito.
Marisol H. Díaz
Directora Creativa



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